SOCIEDAD DE BIBLIÓFILOS CHILENOS, fundada en 1945

Chile, fértil provincia, y señalada / en la región antártica famosa, / de remotas naciones respetada / por fuerte, principal y poderosa, / la gente que produce es tan granada, / tan soberbia, gallarda y belicosa, / que no ha sido por rey jamás regida, / ni a extranjero dominio sometida. La Araucana. Alonso de Ercilla y Zúñiga

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Editor: Neville Blanc

Monday, December 29, 2008

VENTA DE JOYAS BIBLIOGRAFICAS PARA BIBLIOFILOS 2009

Maria Subercaseaux

INDICES TELEFONICOS


AGENDAS GRANDES 2009


AGENDAS CHICAS 2009



Los indices y las agendas




que le quedan en stock para el año 2009.




También tiene unas especiales con papeles marmoleados, de las que no hemos tenido tiempo de sacar fotos.

Confeccionados/as, cada ejemplar unico, por

MARIA SUBERCASEAUX,

empastadora oficial de la

Sociedad de Bibliofilos Chilenos

Vean directamente con María Subercaseaux sus reservas y compras:
T: 717-3353
Cel: 07-6495110









UN LIBRO RARO Y VALIOSO DE VIAJES EN LA COLECCION DE EZEQUIEL LIRA

Martin Westcott








Ezequiel Lira



SHANGRILA
LA BÚSQUEDA DEL PARAÍSO


por MARTIN WESTCOTT


CAPITAN, EQUINOCCIO II


ISBN 978-956-8077-84-6
9 789568 077846




Shangrila, La Búsqueda del Paraíso
Autor
Martin Westcott
Idioma
Español
Edicion
primera
Paginas
416 páginas a todo color
Tapa
Dura con cuño
Dimensiones
15 x 21 cm


Descripción

Cuatro jóvenes chilenos, cansados de su vida en Santiago, zarpan en la búsqueda de “Shangrila” o “el paraíso perdido”. En su camino se encuentran con otros que, como ellos, decidieron dejar lo cotidiano para buscar otra forma de vida. Islas paradisíacas, tormentas en alta mar, mujeres, vida nocturna, cocina del mundo, deportes, piratas, encuentro con hombres notables, centros de meditación, chilenos patiperros, lugares exóticos y situaciones bizarras son algunos temas que se palpan en este fascinante libro. Estos jóvenes —los primeros chilenos en dar la vuelta al mundo a la vela— zarpan en la búsqueda del paraíso perdido, sin saber que en realidad encontrarán el “paraíso interior”. Ya nada será igual cuando regresen a casa más de tres años después.

Comentarios

• Edición de lujo: tapa dura, lomo redondo.• Edición con más de 200 fotografías a todo color.• Rutas detalladas de los lugares visitados en cada año de la travesía.


REPORTAJE: La búsqueda del paraíso perdido


En la embarcación “Equinoccio II”, bajo la capitanía de Martin Wescott, los tripulantes navegaron tres años, tres meses y tres días, después de haber zarpado desde Valdivia. En su travesía enfrentaron toda clase de vivencias, desde el peligro y la supervivencia en el mar, hasta la recalada en lugares paradisiacos y de solaz.
Les habían advertido que el tramo entre Omán y Yemen, especialmente en el Golfo de Adén, era muy peligroso, y que trataran de alejarse lo más posible de Somalia.
De pronto se acercan algunas embarcaciones probablemente de pescadores, ¿o eran piratas? Esa era la alternativa, que los molestaran para que regalaran cosas o que los asaltaran.
Así lo relata Martin Mescott Varas, cineasta y capitán del yate (27 años al momento del zarpe), al recordar en tierra firme el viaje de más de tres años en el yate chileno "Equinoccio II".
Uno de los frutos de esa travesía es su libro "Shangrila. La Búsqueda del Paraíso", presentado recientemente en el Club Naval de Valparaíso. Los otros navegantes de la primera tripulación eran Anthony Wescott (su padre, de 69 años) y Jorge Bebin Subercaseaux (28, ingeniero comercial).
Los piratas, aparte de robar a yatistas, trasladan inmigrantes ilegales desde Somalia a Arabia Saudita, prácticamente un tráfico de mano de obra, pues en este último país tienen muy buenas expectativas económicas.
En la página 243 recuerda esos instantes. "¿Piratas? Nerviosismo al verles acercarse. Ser amigables en lo posible, darles un pequeño regalo. La verdad es que uno fue bastante insistente y pesado, estuvo como media hora siguiéndonos en una lancha abierta con un motor de 40 caballos, imposible escapar, tan solo aguantar la presión".
Más adelante añade que meses después, en Cagliari, "nos encontramos con un gringo, Hill, navegante solitario en un bote de 30 pies llamado "queso" que atravesó un mes antes que nosotros por esta misma zona y fue atacado por piratas. Se le apareció una lancha negra con mujeres y niños, pero también con unos negros armados con escopetas y AK-47. Lo abordaron, lo encañonaron le robaron dos GPS, la radio HF, la radio VHF, el motor fuera de borda y dólares".
DESDE VALDIVIA
Los navegantes enfrentaron además tormentas, presencia de tiburones, largas travesías, problemas con los motores e instrumentos y otras dificultades. Pero hubo momentos para el solaz en islas y lugares paradisiacos y otros de gran contenido histórico.
En el libro, Martin Westcott entrega un relato ameno, directo, vivencial, de su periplo. La aventura se inició el 29 de marzo de 2002, desde el Club de Yates de Valdivia en la embarcación de propiedad de su padre, Anthony Westcott, el que en distintos tramos fue recibiendo diversos tripulantes, pero siempre bajo el mando de Martin. El 2 de julio de 2005 regresaron al mismo puerto, después de tres años, tres meses y tres días en que cruzaron tres océanos y visitaron 30 países.
Habían cubierto 40 mil millas náuticas, más que la circunferencia de la tierra, considerando, como dato ilustrativo, que Cristóbal Colon, sólo recorrió tres mil millas en su primer viaje para descubrir América.
Además, se inscribieron como los primeros chilenos en dar la vuelta al mundo en yate de bandera nacional, zarpando desde un puerto chileno y regresando al punto de partida.

EL MUNDO A LA VELA

El extenso recorrido de Martin Wescott y sus tripulaciones de relevo, salvo los contramaestres Jorge Bebin y Matthew Wescott, que fueron los más estables, abarcó largas travesías, como también algunas estadías prolongadas en tierra, para ir conformando el proyecto de video y cine, que era uno de los objetivos de la expedición.
Cuenta el capitán que se encuentran en la etapa final de montaje de ocho capítulos, de una hora de duración cada uno, que serán transmitidos por Mega, probablemente a partir de marzo, los sábado en la tarde, con guiones a cargo de Matías Celedón. Además, captaron más de cuatro mil fotografías, muchas de las cuales están plasmadas en el libro.
La primera singladura fue desde Valdivia a Juan Fernández, integrando la tripulación su padre, Antonhy Wescott, un destacado yatista. Desde allí siguieron a Isla de Pascua, recorriendo mil 600 millas con 17 días en alta mar sin ver tierra. De Pascua a Tahiti, con cuatro meses de navegación y más tarde a Nueva Zelanda, donde estuvieron en primera línea observando la más famosa competencia de yates, la America Cup.
Siguieron hasta las islas Fiji, pasando por Papúa Nueva Guinea. Desde allí a Borneo hasta la isla de Bali. Luego se dirigieron al Océano Indico por el lado oeste de Sumatra, hasta llegar a Tailandia.
Después cruzaron el Golfo de Bengala hasta Goa en India; luego el Mar Arábigo y el Mar Rojo. Visitaron Omán, Yemen, Arabia Saudita, Sudán y Egipto. Surcaron el Mediterráneo, alcanzando Turquía, Grecia e Italia. En Málaga repararon el yate para el cruce del Atlántico. Zarparon de Tánger, recalando en islas Canarias, islas Cabo Verde de Africa y llegaron a la isla brasileña de Fernando de Noroña.
Una de las etapas más difíciles fue el cruce del Cabo de Hornos a la vela, que se cumplió el 17 de mayo de 2005. Por ello el capitán fue reconocido como Cap Hornier, por la Cofradía del Cabo de Hornos, con sede en Valparaíso, honor que reciben aquellos que cruzan a la vela el temible paso.
El yate recaló en Valdivia el 2 de julio de 2005, poniendo punto final a su periplo. Que no será el último, por supuesto.

EXAMEN DE SIDA EN LA INDIA

Martin Wescott relata que que estando en Poona, ciudad colonial de la India, decidieron, impulsados por su madre, María Florencia Varas Olea, que reside en ese país, visitar un famoso centro de meditación, el Osho Internacional Meditation Resort, fundado por Bhagwan Shree Rajneesh, profesor de filosofía y místico, conocido internacionalmente como el Sex Guru, por su postura abierta al sexo.
Al morir Osho, en 1992, el "ashram" se convirtió en un Meditation Resort. Cuenta Martin: "La filosofía del Osho procura vivir el "here and now", el aquí y ahora, sin trabas y sin los prejuicios de nuestra sociedad católica, capitalista occidental".
Pero para ingresar al centro es necesario hacerse un examen de VIH, debido a la libertad que impera en su interior. "Mi madre, Savitri, su nombre "sannyasin" (seguidores de la filosofía de Osho) me tuvo que arrastrar hacia el Welcome Center, donde se practican los exámenes de sida Allí estaban ya Ork y Bergomi, más compuestos que yo. Bueno, ¡si tengo sida, tengo sida!".
"Después de 15 minutos de agónica espera -relata en la página 221 del libro- gracias a Dios, aunque Osho diga que no existe, pasé el examen y me dieron mi Meditation Pass, con el cual podía ingresar al resort. También Org y Bergomi pasaron, así es que todo bien. Entramos. ¡Qué alivio!, es como nacer de nuevo".

DÍAS DE TRISTEZA

"Mi padre vivió su sueño de dar la vuelta al mundo navegando a través de nosotros", nos dice Martin, al rememorar uno de los momentos más tristes de la travesía, que fue cuando le comunicaron que su padre había fallecido, el 6 de octubre de 2004. Anthony Wescott McKay habia sido el autor intelectual del largo viaje.
"Nos encontrábamos anclados en Gibraltar, junto a decenas de yates, pero la policía logró ubicarnos para darnos a conocer la triste noticia. De inmediato hice los preparativos y emprendí el viaje aéreo para estar en los funerales de mi padre.
Luego de las exequias, fue cremado y sus cenizas, depositadas en un ánfora, volaron a Europa, para continuar en el viaje de regreso a Chile a bordo de su querido "Equinoccio II".
"El siempre había deseado hacer un viaje similar, aunque nos acompañó como capitán hasta Juan Fernández, en la primera etapa de la expedición; pero en todo momento estuvo con nosotros", acota Martin.
También estuvo embarcado en uno de los tramos de la navegación en Indonesia, su última estadía terrenal en el yate.

El yate

El "Equinoccio II" fue construido en el astillero "Skentelbery and sons" de Plymouth, Inglaterra, en 1981, por el padre de Martín, Anthony Westcott, empresario y autor de numerosos libros sobre navegación. Tiene 12 metros de eslora, 3,8 metros de manga y 2 metros de calado. Martin revela relata que su padre viajó desde Inglaterra para traer el yate, recorriendo unas 10,000 millas marinas hasta llegar a Algarrobo. Después, en 1983, la embarcación quedó matriculada en Valdivia, aunque la familia residía en Santiago o en el fundo Lo Moscoso, de Villa Alemana.

Relato de la aventura

El libro "Shangrila. La Búsqueda del Paraíso Perdido" está escrito a la manera de diario de viajes, con un estilo muy coloquial, directo, ameno, entretenido y con un fino humor de su autor, sin que en muchos pasajes adquiera una gran profundidad, con pensamientos muy propios de la soledad de las largas guardias a bordo y de la experiencias de un mundo por conocer.
De tapas duras, con gráficos y profusión de fotografías captadas por los integrantes de la expedición, cuenta con 415 páginas, con un glosario de términos náuticos y las recetas de "Equinoccio", muy útiles para cocinar a bordo. Fue editado por la Sociedad Las Orcas Limitada y por Origo Ediciones e impreso en China. Está disponible en el Puerto Deportivo y en el Club de Yates de Higuerillas.

UN LIBRO RARO Y VALIOSO DE NERUDA DE LA COLECCION IGNACIO SWETT

COLOFON DOS POEMAS Y FIRMA DE PABLO NERUDA


PORTADILLA DOS POEMAS


PORTADA DOS POEMAS


PORTADA CUATRO POEMAS


Ignacio Swett





La calle Pablo Neruda del pueblo de Condé-sur-Iton, en el departamento del Eure, región de Haute-Normandie, Francia.
Es en este pueblo de unos 800 habitantes donde, a principio de los años 70, residió Neruda en un antiguo molino bautizado "La Manquel" ...


El poco conocido libro “DOS POEMAS” de Pablo Neruda

Por Ignacio Swett
Socio de numero de la

Sociedad de Bibliófilos Chilenos


Hace unos diez años (1998), recibí un llamado telefónico de una persona que sabía de mis aficiones bibliográficas y, en particular, de mis búsquedas de primeras ediciones de Pablo Neruda. Me dijo tener un libro que creía que podía interesarme por cuanto estaba firmado por Neruda y porque en el colofón decía que la edición constaba de sólo 10 ejemplares.
Lo llevó a mi oficina y en cuanto lo vi supe que compraría ese ejemplar. Se trataba de un libro titulado “Dos poemas”, del cual yo no tenía referencia alguna.

Adquirí el citado libro y, en cuanto pude, fui a la Fundación Neruda a requerir información sobre esos “Dos poemas”. Conversando con Tamara Waldspurger conocí la historia que comento a continuación.

La penúltima obra de Pablo Neruda, editada en vida del poeta, fue “Cuatro poemas escritos en Francia”. Esta obra, como su nombre lo indica, consta de cuatro poemas, a saber: Llama el océano; Llegó Homero; El Campanario de Authenay y La piel del abedul.

Como el propio Neruda lo dice en una “nota declaratoria” al final del libro, estos y otros poemas los escribió, en el curso de 1972, durante sus viajes en automóvil entre el edificio de la Embajada de Chile y su casa en Condé-Sur-Iton, en la Normandía francesa.

El colofón de esta obra dice textualmente:


“Esta obra consta de 300 ejemplares numerados, los 100 primeros de I a C, impresos en papel pluma especial con cubierta papel Fantasía, más 200 numerados del 101 al 300 en papel pluma especial con tapa en cartulina impresa. Todos los ejemplares llevan la firma del autor. La impresión fue hecha en los talleres de la Editorial Nascimento y terminada el 31 de diciembre de 1972”

Cuando se hizo la edición de este libro, uno de los operarios de la imprenta tomó el primero y el cuarto de los poemas antes mencionados y, sin autorización ni conocimiento del autor, procedió a imprimir un libro que llamó “Dos Poemas”. Este libro consta de veinticuatro páginas sin numerar, donde sólo se utilizan las páginas impares o derechas, y tiene la misma tipografía, diagramación y la misma fecha de impresión que el libro “Cuatro poemas escritos en Francia”.

El colofón de este poco conocido libro dice así:

“Esta edición consta de 10 ejemplares, impresos en cartón prensado, numerados de la letra A a la J y firmados por el autor. La impresión fue hecha en los talleres de la Editorial Nascimento y terminada el 31 de diciembre de 1972”

El operario que hizo estos 10 ejemplares fue un día a Isla Negra y le presentó a Pablo Neruda el resultado de “su atrevimiento”. Dicen que al poeta no le pareció bien el proceder de este operario pero que, finalmente, se rindió ante esta osadía y firmó los diez ejemplares que le presentó el personaje en cuestión.

No se sabe si Neruda se quedó con algún o algunos de estos ejemplares, aunque lo más probable es que así fuera, ni quienes puedan ser – actualmente - los poseedores o dueños de los restantes. El ejemplar de “Dos poemas” que cayó en mis manos es el Ejemplar letra J de esta particular y poco conocida edición.

Cabe hacer mención que “Dos poemas” no aparece mencionado en la bibliografía de Neruda hecha por Horacio J. Becco, la que incluyó “Cuatro poemas escritos en Francia”. En las Obras Completas editadas por Hernán Loyola no se menciona la obra “Cuatro poemas escritos en Francia” y, por lo tanto, tampoco se hace mención a “Dos poemas”.

Nota:

Cabe mencionar que de los poemas del libro “Cuatro poemas escritos en Francia” sólo aquel titulado “El campanario de Authenay” fue publicado con anterioridad al citado libro. En efecto, aparece en “Geografía Infructuosa”, libro editado en Buenos Aires por Editorial Losada, terminando su impresión en mayo de 1972.

Los poemas “La piel del abedul” y “Llama el océano” se incluyeron en la obra “Jardín de Invierno”, editada en Buenos Aires por Editorial Losada, terminando su impresión el 8 de enero de 1974.

Finalmente, el poema “Llegó Homero” se incluyó en el libro “Defectos escogidos”, editado también en Buenos Aires por Editorial Losada y que se terminó de imprimir el 28 de julio de 1974.

Sunday, December 28, 2008

DE NUESTRO SOCIO DE NUMERO JOSE MIGUEL DE LA CRUZ CROSS


Desde Tierra Santa

un saludo a todos, junto a mis mejores deseos

para el 2009!!


Jose Miguel De la Cruz Cross

Embajador Representante de Chile ante la

Autoridad Palestina


Dirección: Palestine Cap.Studios Building, 2nd.Floor al Maahed str Masyoun, Ramallat

Fono(s): 972(2) 2951070 - 2960850 - 2966373

E-Mail :
chileram@palnet.com
Fax : 972(2) 2984768 De la Cruz Cross José Miguel, Encargado Oficina.

Saturday, December 27, 2008

HUIDOBRO, NERUDA Y MISTRAL CON EL PAIS

LOS LIBROS DE LA COLECCION



"Colección de Poesía"
elpais.com
LA MÁS COMPLETA ANTOLOGÍA POÉTICA DEL SIGLO XX


EL PAÍS te presenta la mejor poesía del siglo XX
EL PAÍS va a lanzar una nueva colección que recoge en 30 entregas los libros de una Colección de Poesía en lengua española .
Una cuidada colección seleccionada y dirigida por José Manuel Caballero Bonald, poeta, novelista y ensayista perteneciente al grupo poético de los 50 y que ha sido galardonado con los más prestigiosos premios literarios de nuestro país, como el Premio Nacional de Poesía.
Una obra de importancia única, con prologuistas de reconocido prestigio, editada en tapa dura y de diseño exclusivo para cada libro.
Los libros se venderán al precio de 8,95 €, cada miércoles con EL PAÍS.
Los dos primeros, Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado se ofrecerán con EL PAÍS el domingo 23 de noviembre al precio de 8,95€ (2x1).
La colección se compone de 30 libros de poesía. Cada libro tendrá un precio de 8,95 € junto con el periódico y se distribuirán los mijércoles con EL PAÍS.
Fecha de comienzo de la promoción: 23 de noviembre de 2008. Mecánica: miércoles a 8,95 €.
Fecha de finalización de la promoción: 3 de junio de 2009.
Los cupones son válidos sólo para el día de su publicación (salvo para los suscriptores de EL PAIS que tendrán validez durante toda la promoción).
Las entregas atrasadas podrán solicitarse a través de dos vías:
1. Llamando al teléfono 902 11 91 11.2. A través del punto de venta.
1 Juan Ramón Jiménez

P R O L O G U I S T A J.M. Caballero Bonald 23/11/08
* Domingo 23 Noviembre * 2x1 con EL PAÍS *

2 Antonio Machado

P R O L O G U I S T A Emilio Lledó 23/11/08

3 Federico García Lorca

P R O L O G U I S T A Juan Luis Cebrián 26/11/08
4 César Vallejo

P R O L O G U I S T A Bryce Echenique 03/12/08

5 Rafael Alberti

P R O L O G U I S T A Manuel G. Aragón 10/12/08

6 Pedro Salinas

P R O L O G U I S T A Manuel Rivas 17/12/08

7 Vicente Huidobro

P R O L O G U I S T A Eduardo Arroyo 24/12/08

8 Olga Orozco

P R O L O G U I S T A Winston Manrique 31/12/08

9 Miguel Hernández

P R O L O G U I S T A Joan Manuel Serrat 07/01/09

10 Vicente Aleixandre

P R O L O G U I S T A Vicente Molina Foix 14/01/09

11 Ángel González

P R O L O G U I S T A Almudena Grandes 21/01/09

12 Eliseo Diego

P R O L O G U I S T A Eliseo Alberto 28/01/09

13 Alejandra Pizarnik

P R O L O G U I S T A Ruth Toledano 04/02/09

14 José Ángel Valente

P R O L O G U I S T A Juan Goytisolo 11/02/09

15 Ramón López Velarde

P R O L O G U I S T A Pedro Pablo Palao 18/02/09

16 Roberto Juarroz

P R O L O G U I S T A Javier Rodríguez Marcos 25/02/09

17 Octavio Paz

P R O L O G U I S T A Alberto Ruy Sánchez 04/03/09

18 Jorge Guillén

P R O L O G U I S T A Mario Hernández 11/03/09

19 Blas de Otero

P R O L O G U I S T A Benjamín Prado 18/03/09

20 José Hierro

P R O L O G U I S T A Felipe Benítez Reyes 25/03/09

21 Luis Cernuda

P R O L O G U I S T A Julio M. de la Rosa 01/04/09

22 Pablo Neruda

P R O L O G U I S T A Jorge Edwards 08/04/09

23 Alfonsina Storni

P R O L O G U I S T A Clara Sánchez 15/04/09

24 Claudio Rodríguez

P R O L O G U I S T A Gonzalo Suárez 22/04/09

25 Gabriela Mistral

P R O L O G U I S T A Piedad Bonnett 29/04/09

26 Jaime Gil de Biedma

P R O L O G U I S T A Fernando Delgado 06/05/09

27 Aurelio Arturo

P R O L O G U I S T A William Ospina 13/05/09

28 Luis Rosales

P R O L O G U I S T A Susana Rivero 20/05/09

29 Xavier Villaurrutia

P R O L O G U I S T A Jesús García Sánchez (Chus Visor) 27/05/09

30 Gerardo Diego

P R O L O G U I S T A Luis García Montero 03/06/09


Mayores consultas clikea abajo:

Wednesday, December 24, 2008

ROBERTO AMPUERO EN LA SOCIEDAD DE BIBLIOFILOS CHILENOS

de pie: Rene Lara, Luis Alberto Camus, Alejandro Jara,
Ignacio Swett, Salvador Valdes, Jaime Sanchez
sentados: Neville Blanc, Ezequiel Lira, Luis Riveros, Juan Agustin Figueroa, Roberto Ampuero, Enrique Inda, Cesar Soto

Salvador Valdes, Luis Riveros, Ignacio Swett, Alejandro Jara

Jaime Sanchez, Rene Lara, Cesar Soto, Ezequiel Lira


Enrique Inda, Roberto Ampuero, Juan Agustin Figueroa, Neville Blanc,
Luis Alberto Camus

Roberto Ampuero, Juan Agustin Figueroa, Neville Blanc

Alejandro Jara, Ezequiel Lira, Luis Riveros, Juan Agustin Figueroa,
Luis Alberto Camus

SE REALIZO COMIDA
DE LA
SOCIEDAD DE BIBLIOFILOS CHILENOS
EN
HOMENAJE A NUESTRO SOCIO DE NUMERO
EL NOVELISTA
ROBERTO AMPUERO
EL
Miercoles 17 DE DICIEMBRE DE 2008

ASISTIERON

Presidente
Juan Agustín Figueroa Yávar


Secretario -Tesorero
Neville Blanc Renard


Directores

Enrique Inda Goycoolea
Ezequiel Lira Ibáñez



Miembros de Numero

Ampuero, Roberto 27
Camus, Luis Alberto 39
Jara Lazcano, Alejandro 68
Riveros, Luis 3
Sanchez Edwards, Jaime 49
Soto Gómez, Cesar 32
Swett, Ignacio
Valdés Pérez, Salvador 11

Invitados

Durruty, Ana Victoria
Periodista Universidad Andres Bello
Lara, Rene
Director Relaciones Internacionales Universidad Mayor

PAJARO Y NOMADA

Vicente Huidobro
las colecciones de EL PAÍS


Mañana, con EL PAÍS, una antología de Vicente Huidobro por 8,95 euros

LULA GÓMEZ - Madrid
EL PAÍS - Cultura - 23-12-2008
Valga la afirmación del poeta chileno Vicente Huidobro (1893- 1948) de estar por encima de Dios, o por lo menos a su altura, como inventor, como pincelada de su personalidad desbordante. Amigo y compadre de Pablo Picasso, Juan Gris, André Breton y Max Jacob, fue uno de los impulsores del creacionismo -movi-miento literario que pretendía hacer de la poesía un instrumento de la creación absoluta ("Que el verso sea como una llave / Que abra mil puertas")-. Según el artista, admirador de personajes como El Cid y Napoleón, la misión del poeta no es imitar la naturaleza como, según Huidobro, se venía haciendo hasta entonces, sino crearla. El poeta fue también el primer artista en llevar las vanguardias europeas a América Latina y a España, donde recaló en numerosas ocasiones a caballo entre París y su país natal.En la capital francesa se ganó pronto un espacio entre las principales revistas y tertulias literarias de la época. Y desde Europa escribió un ensayo titulado Finis Britannia, una clara crítica a la política imperialista llevada a cabo de la corona británica. En esos años, tentado por la política llegó a presentarse como candidato a la presidencia de Chile. Era entonces cuando se definía como "un revolucionario de todos los conceptos y todos los prejuicios, de todos esos principios sobre la sola base de la hipocresía social".
Su personalidad, vida y múltiples manifiestos del poeta que se veía como un pájaro nómade y "el primer hombre libre, el primero que rompe todas las cadenas", le valieron dos atentados a los que sobrevivió. De un compromiso político y literario claro, participó en España, junto a muchos otros intelectuales europeos y americanos, en el Congreso de Escritores Antifascistas (1937). También batalló en la Segunda Guerra Mundial siendo el único oficial de lengua española. Y por si fuera poco, y como si de un culebrón se tratara, con 33 años tuvo que huir de su país. El problema esta vez: su amor por Ximena Amunátegui, su joven concuñada de 15 años, con la que se fugó y casó por un rito mahometano.
Vicente Huidobro, que escribió en francés y español, proponía que la poesía es universal, y, por tanto, traducible. Su poema-libro Altazor o el viaje en paracaídas (1930) es reconocido como su obra maestra. También destacan Las pagodas ocultas (1914), Horizon carré (1917), Temblor de cielo (1931), El ciudadano del olvido (1941), Ver y palpar (1941).
En la tumba del poeta que reconocía haber vivido una vida que no puede vivirse y nunca haber sido abandonado por la poesía reza un epitafio escrito por su hija tan contundente como su padre: "Aquí yace el poeta Vicente Huidobro / Abrid la tumba / Al fondo de esta tumba se ve el mar".
Mañana, EL PAÍS publica una antología del escritor por 8,95 euros. Es parte de la colección de poesía de los 30 mejores poetas en español del siglo XX que el diario pone en los quioscos cada miércoles. El pintor Eduardo Arroyo escribe el prólogo que explica lo que supone para él la obra del poeta.

ANTOLOGIA DE UNO DE LOS 30 MEJORES POETAS DEL SIGLO XX

Vicente Huidobro
Serie coleccionable:

Huidobro entre los mejores poetas

Una antología del vate circula hoy en España junto al diario El País como parte de "Los 30 mejores poetas en español del siglo XX".

VÍCTOR M. MANDUJANO

La serie llamada "Los 30 mejores poetas en español del siglo XX" (8,95 euros), del diario El País, cuyo nuevo ejemplar circula hoy dedicado al chileno Vicente Huidobro (1893-1948), justifica la estatura de un vate opacado por sus compatriotas nobeles, Mistral y Neruda.El medio hispano consigna que Huidobro fue "amigo y compadre de Pablo Picasso, Juan Gris, André Breton y Max Jacob y uno de los impulsores del creacionismo" -movimiento literario que pretendía hacer de la poesía un instrumento de la creación absoluta ("Que el verso sea como una llave / Que abra mil puertas").En la capital francesa se ganó pronto un espacio entre las principales revistas y tertulias literarias. Y desde Europa escribió un ensayo titulado "Finis Britannia", una clara crítica a la política imperialista británica. En esos años, tentado por la política, llegó incluso a presentarse como candidato a la presidencia de Chile y sufrió dos atentados a los que sobrevivió.Huidobro, quien escribió en francés y español, proponía que la poesía es universal y, por tanto, traducible. Su poema-libro "Altazor o el viaje en paracaídas" (1930) se reconoce como su obra maestra.Poeta y confeso huidobriano,0 Armando Roa Vial afirma: "Como señal, la aparición de esta obra es tremendamente positiva. La renovación del lenguaje poético durante el siglo XX no fue hecha desde España, sino desde Hispanoamérica, y en esto Chile tuvo un papel gravitante. El siglo XX fue un siglo de oro para la poesía chilena y Huidobro una de sus principales figuras. El tiempo, que es el mejor juez, así lo demuestra".
Un siglo de versos
EL PAÍS empieza mañana con Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado su biblioteca de los mejores poetas españoles y latinoamericanos del siglo XX, titulada Colección de Poesía, ofreciendo estos dos primeros libros por el precio de uno (8,95 euros).
Se trata de 30 antologías, dirigidas por José Manuel Caballero Bonald, que se venderán cada miércoles, en ediciones especiales de tapa dura y diseño exclusivo para cada autor.
EL PAÍS acercará los versos y la poesía a sus lectores a través de nombres siempre vigentes, rescatará a otros autores y descubrirá para el público español a algunos. La colección incluye poetas que van desde Pablo Neruda, Federico García Lorca, César Vallejo, Vicente Aleixandre, Gabriela Mistral y José Hierro hasta Jaime Gil de Biedma, Vicente Huidobro, Alfonsina Storni, Luis Cernuda, José Ángel Valente y Ángel González, pasando por Olga Orozco, Alejandra Pizarnik, Aurelio Arturo y Roberto Juarroz. Cada libro cuenta con un prólogo a cargo de pensadores, músicos, cineastas y escritores como el propio Caballero Bonald, Emilio Lledó, Juan Luis Cebrián, Joan Manuel Serrat, Almudena Grandes, Gonzalo Suárez, Manuel Rivas, Joaquín Sabina, Juan Goytisolo, Clara Sánchez, Benjamín Prado, Eduardo Arroyo y Luis García Montero.

OBAMA JURARA SOBRE LA BIBLIA DE LINCOLN

Ejemplar de la Biblia de Abraham Lincoln
Barack Obama jurará su cargo sobre la Biblia que utilizó Abraham Lincoln
14:02 La Biblioteca del Congreso de EE.UU. le autorizó a utilizar el histórico ejemplar para la ceremonia del 20 de enero
Washington (EFE).- El Comercio.com.pe

El presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, jurará su cargo el próximo 20 de enero sobre la Biblia que empleó Abraham Lincoln para su primera investidura en 1861.
El director ejecutivo del Comité Presidencial de Investidura (PIC), Emmett Beliveau, informó hoy que desde entonces es la primera vez que un presidente jura su cargo sobre esa Biblia.
Aunque la Constitución de EE.UU. deja libertad de elección a los presidentes sobre el volumen que quieran usar para su investidura, tradicionalmente cada nuevo mandatario ha jurado sobre la Biblia y ha elegido para ello una de especiales connotaciones personales o históricas.
Según Beliveau, Obama "se siente muy honrado de que la Biblioteca del Congreso le haya permitido el uso de la Biblia de Lincoln en su ceremonia".
"El presidente electo está decidido a tener una ceremonia de investidura que celebre la unidad de EE.UU. y el uso de esta Biblia histórica aportará una conexión poderosa con nuestro pasado y nuestra herencia comunes", declaró.
La Biblia de Lincoln, uno de los tesoros más preciados en la Biblioteca del Congreso, fue adquirida inicialmente por el pasante del Tribunal Supremo William Thomas Carroll para la investidura de Lincoln el 4 de marzo de 1861.
La Biblia familiar de Lincoln no podía usarse para esa ceremonia porque, como el resto de los enseres presidenciales, había sido empaquetada y se encontraba de camino desde Springfield, en Illinois, de donde procedía el mandatario, hacia Washington.
El volumen que utilizará Obama mide 15 centímetros de alto por diez de ancho y 4,5 de profundidad, está encuadernado en terciopelo púrpura y sus bordes están reforzados con un metal bañado en oro.
En el centro de la cubierta se encuentra una placa metálica, también bañada en oro, en la que se ha grabado el título "Sagrada Biblia".
En el reverso del libro, junto al sello del Tribunal Supremo, se encuentra una anotación en la que se lee "yo, William Thomas Carroll, pasante del citado tribunal, certifico que esta copia de la Sagrada Biblia es aquella sobre la que el honorable R.B. Tanney, presidente del susodicho Tribunal, administró a su excelencia Abraham Lincoln el juramento del cargo de presidente de EE.UU.".
El juramento sobre la Biblia de Lincoln es el último de los guiños que ha hecho Obama al mandato republicano desde el comienzo de su campaña electoral.
Obama, que se declara un firme admirador del presidente que puso fin a la Guerra de Secesión, lanzó su campaña en Springfield, Illinois.
Como Lincoln, que creó uno de los Gobiernos más admirados de la historia de EE.UU. con algunos de sus antiguos adversarios y personalidades enemistadas, Obama ha aspirado a establecer un Gabinete que sea un "equipo de rivales".
Y, como Lincoln, el presidente electo llegará a Washington en tren, tras detenerse en Filadelfia y Baltimore.

Ceremonia de investidura:
Obama usará la Biblia de Lincoln para jurar
Presidente electo ha declarado su admiración por el ex Mandatario.
El Mercurio
El Presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, no ha ocultado su admiración por Abraham Lincoln y muestra de ello es que jurará sobre la misma Biblia que el ex Mandatario usó en 1861.Es la primera vez desde entonces que se usará esa Biblia para una investidura. Tiene 1.280 páginas y está forrada en seda burdeos. Lincoln tenía pensado usar otra Biblia, pero su ejemplar había sido empacado con el equipaje que su familia llevaba a la capital y no alcanzó a llegar.Si bien la Constitución no establece que hay que jurar sobre la Biblia, suele hacerse tradicionalmente al asumir. Richard Nixon, Gerald Ford y Ronald Reagan juraron sobre biblias familiares. Jimmy Carter y George Bush padre usaron dos, una familiar y la de George Washington. El actual Presidente Bush planeaba usar también la de Washington, pero el mal tiempo impidió que llegara.Las excepciones han sido John Quincy Adams, quien en 1825 juró sobre un libro de leyes de EE.UU.; Theodore Roosevelt, en 1901, cuando asumió de emergencia tras el homicidio del Presidente William McKinley; y Lyndon Johnson, quien juró sobre un misal católico, en el Air Force One, tras el asesinato de John Kennedy, en 1963.

Monday, December 22, 2008

NAVIDAD 2008


FELIZ NAVIDAD 2008


Con nuestros mejores deseos


JUAN AGUSTIN FIGUEROA


Presidente

Sociedad de Bibliofilos Chilenos

Friday, December 19, 2008

FELIZ NAVIDAD REAL EN ESPANA 2008


Los Reyes se pasan al 'christmas'
Las niñas protagonizan las felicitaciones de Navidad de los Príncipes
EL PAÍS - Madrid - 18/12/2008
La familia real ha cambiado este año su felicitación navideña. Por primera vez, los Reyes han elegido un christmas que reproduce una ilustración de estilo bizantino del siglo X, en lugar de hacerlo con su tradicional posado. La ilustración, que muestra la Adoración de los Reyes Magos, figura en el interior del Menologio o santoral griego del emperador Basilio II, del siglo X, y en la actualidad forma parte de la colección de manuscritos griegos de la Biblioteca Apostólica Vaticana.
El año pasado, don Juan Carlos y doña Sofía posaron con sus ocho nietos en los jardines del Palacio de la Zarzuela, sin la presencia de sus hijos y sus parejas. Esa fórmula resolvió la situación provocada por la separación de los duques de Lugo.
Los príncipes de Asturias también han variado su felicitación navideña. Si el año pasado posaron junto a las Infantas Leonor y Sofía, este año son las niñas, sonrientes y vestidas iguales, las únicas protagonistas. La felicitación, en español e inglés, con las firmas de los Príncipes y el nombre de las infantas, añade la frase: "Con nuestros mejores deseos". Por su parte, la infanta Elena y los duques de Palma han seguido la misma fórmula de otros años, con la fotografía de sus hijos. Felipe y Victoria, hijos de doña Elena, aparecen en una embarcación y, en un jardín, los cuatro hijos de los duques de Palma. La Casa del Rey colgó ayer por la tarde las cuatro felicitaciones en su página web.

Thursday, December 18, 2008

ALBERTO MANGUEL Y LAS BIBLIOTECAS







(Buenos Aires, 1948 - ). Tiene nacionalidad canadiense y actualmente reside en Francia. Entre sus obras cabe destacar la novela Noticias del extranjero, y los ensayos Una historia de la lectura, En el bosque del espejo o Leer imágenes. El artículo ’Placeres de la lectura’, publicado en el suplemento Babelia del diario El País fue seleccionado por el jurado del Tercer Premio Periodístico sobre Lectura por el brillante análisis sobre la biblioteca personal que supone ’una identidad de gustos e intereses que acaban conformando la propia biografía de quien en los libros encuentra su propio espejo.’

PERFIL.COM
cultura
Manguel y una historia de las bibliotecas
Estantes y bibliómanos
Acaba de aparecer “La biblioteca de noche”, un largo y meticuloso ensayo donde el escritor recorre el espacio destinado a almacenar libros desde diferentes perspectivas que abordan tanto la historia como los mitos y la arquitectura. ¿Cuál es la mejor manera de guardar los volúmenes? ¿Qué tienen en común las bibliotecas de Pinochet, Fidel Castro y Hitler? Una oportunidad excelente para examinar cómo concebimos nuestra relación con los libros, la memoria y la exclusión.
Por J.T.
El título del libro se explica por el obligado reposo nocturno: “De noche –escribe Alberto Manguel–, el orden decretado por los catálogos es meramente convencional; no disfruta de prestigio entre las sombras”. Por lo pronto, la organización interna de La biblioteca de noche es atractiva. Dependiendo de la luz que la alumbre, o del ojo que la mire, Manguel presenta “La biblioteca como forma”, “La biblioteca como poder” y “La biblioteca como imaginación”, entre muchas otras. Edificios, organizaciones alfabéticas y mitos se entrecruzan alrededor de un único tema. Curiosamente, “La biblioteca como sombra”, el capítulo de las antibibliotecas, quizás sea el más acabado. Manguel recuerda que “el acto de leer corre paralelo al actor de censurar” y revisa las colecciones que se perdieron y las que quedaron en el camino por el fuego político, la ignorancia o la desidia. Este unidireccional canto al templo de los libros agrupa y reproduce, entonces, excéntricas históricas y anécdotas varias. El ambiguo valor de las bibliotecas que el potentado Dale Carnegie fundó en los Estados Unidos, el destino de los libros aztecas en las hogueras del arzobispo y editor Juan de Zumárraga, el eurocentrismo implícito del sistema de archivo Dewey forman parte de un repertorio seductor.
La biblioteca de noche, sin embargo, arrecia en tautologías o verdades de perogrullo –“No hay categorías definitivas”, “Toda organización es arbitraria”– y las preguntas retóricas que se hace Manguel son dignas de un obsesivo que aburre: “¿Por qué guardar las obras de san Agustín en la sección de cristianismo y no en la correspondiente a literatura en latín o a civilizaciones de la Alta Edad Media? (...) ¿Por qué coloco a García Márquez en la G y a García Lorca en la L?”.
Por supuesto, otros interrogantes son posibles. ¿El orden en que están guardados los ejemplares afecta en forma determinante la lectura? Este concepto, recurrente y central en el libro, hacen que su protagonista y narrador se nos aparezca como un histérico bibliómano que se la pasa encerrado cambiando los libros de lugar.
Los dos demonios letrados. Aunque escribe en un momento histórico en que la información circula de manera inédita, a Manguel no le gusta la Web. La compara con el infierno de los intelectuales medievales y descree de “esas bibliotecas electrónicas fantasmagóricas acerca de cuya famosa universalidad sigo abrigando un escepticismo moderado”. Pero hay algo más: donde Borges sintetiza –o para el caso, ironiza–, Manguel expande. A veces su recorrido suena impostado. Cansan las alusiones a su excelsa biblioteca personal y no es de extrañar, entonces, que les dé tan poco lugar a Bouvard y Pecuchet, los bibliófilos con los que el malicioso Flaubert se rió hasta la mofa de los enciclopedistas. Si Umberto Eco es un erudito que muchas veces no se toma en serio a sí mismo, Manguel siempre reacciona positivamente a la erudición. Su apuesta no es falsa, pero genera desconfianza y a veces, aunque quizás eso es muy subjetivo, también un poco de tedio.
Prohibido en los ochenta tanto por el régimen comunista cubano como por la dictadura de su país, el escritor chileno Jorge Edwards advirtió, no sin pomposidad, que hay que cuidarse de quienes no disfrutan de la belleza de la literatura. En una extraña reformulación de la “teoría de los dos demonios”, hizo hace poco referencia a que las bibliotecas de Fidel Castro y Augusto Pinochet “eran idénticas y ambas exiliaban a la poesía y a la prosa de su catálogo”. Como agregado cultural del gobierno socialista de Salvador Allende, el escritor encontró libros de historia, ciencias naturales, oceanografía, viajes y navegaciones en la biblioteca personal de Fidel, mientras que el inventario de los libros de Pinochet –historia militar, biografías y mapas– se lo relató una amiga. ¿Qué pensaría Edwards de Leibniz que, aparte de reconocido filósofo y matemático, fue un prestigioso y aplicado bibliotecario y escribió alguna vez que “un tratado de arquitectura o una colección de periódicos vale tanto como cien volúmenes de clásicos literarios”? Manguel cuenta que, en 1945, un grupo de soldados de la 101ª División Aerotransportada descubrió, oculta en una mina de sal cerca de Berchtesgaden, la biblioteca de Hitler. Parte de este extraño botín –apenas mil doscientos libros– fue a parar a la Biblioteca del Congreso de Washington. De los dieciocho mil volúmenes originales, mil eran ensayos de arte y otros mil novelas populares. Había también varios libros de cocina vegetariana.
En 2005, Manguel dijo respondiendo sobre Paulo Coelho y Dan Brown: “No tienen que ver con el libro sino con la industria editorial”. Y agregó: “Los best sellers son al libro lo que el McDonalds al bistec Chateaubriand. Me preocupa que esa industria haya creado valores financieros que nada tienen que ver con la estética, el placer o la ética”. Los caminos de la inclusión y la exclusión –los del libro, su calidad y su acceso– son sinuosos y muchas veces suelen darse vuelta como un guante.

CRISTOBAL PEÑA Y LOS EX LIBRIS

Presidente Augusto Pinochet Ugarte

EX LIBRIS

CRISTOBAL PEÑA


Gabriel García Márquez premió a periodista chileno Cristóbal Peña
Junto al nacional, también fueron condecorados el español Iñaki Gabilondo y la fotógrafa María Eugenia Cerutti.
Miércoles 3 de Septiembre de 2008 00:55 EFE
MONTERREY.- El periodista chileno Cristóbal Peña recibió este martes un galardón por su trabajo profesional de manos del escritor colombiano Gabriel García Márquez y del magnate mexicano Lorenzo Zambrano. El profesional fue premiado en la norteña ciudad mexicana de Monterrey, que otorgan la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano y la empresa mexicana Cemex, por su trabajo “Viaje al fondo de la biblioteca de Pinochet”, en la modalidad de texto. Asimismo, sus pares Iñaki Gabilondo (España) -premio Trayectoria, que incluye 30.000 dólares- y María Eugenia Cerutti (Argentina) también fueron condecorados por el jurado. Jean Francois Fogel, presidente del jurado, destacó que Gabilondo es la “voz más conocida de España” y que fue elegido debido a su "trayectoria profesional formidable”. Aseguró que este periodista ayudó a España a restablecer la democracia después de la dictadura de Francisco Franco. "En México me siento como en mi casa”, afirmó el hispano, al agradecer que la Fundación creada por el premio Nobel de Literatura 1982 lo haya reconocido. Comentó que durante más de 18 años ha tenido que levantarse a las cuatro de la mañana por lo que agradece “inmensamente la generosidad” que ha tenido su esposa “para no asesinarlo”. La fotógrafa argentina María Eugenia Cerutti, en tanto, recibió el premio en la modalidad de fotografía por su trabajo “Un barrio, demasiadas ausencias”.


GATOPARDO
Número 94


Viaje al fondo de la bibloteca de pinochet
Entre los 55 mil libros que Augusto Pinochet atesoró en forma compulsiva y adquirió a punta de regateos y con fondos fiscales se encuentra parte de la biblioteca privada del ex presidente José Manuel Balmaceda, una carta original del prócer independentista Bernardo O’Higgins, textos impresos en la época de la colonia y la más formidable y valiosa colección sobre Napoleón Bonaparte que existe en el país. El Centro de Información e Investigación Periodística, CIPER, se introdujo en los pasillos y testimonios de una faceta fascinante y jamás contada del ex dictador chileno. Los peritos, a los que el juez Carlos Cerda les ordenó determinar el valor monetario y patrimonial de su biblioteca, debieron pasar 194 horas en terreno y otras 200 dedicadas a pesquisas para llegar a cuantificar su valor en cerca de tres millones de dólares. Y eso que aún quedan muchas cosas por descubrir.
Por Cristóbal Peña Septiembre
La mañana del martes 17 de enero de 2006, una camioneta tipo van ingresó al fundo Los Boldos de Santo Domingo, en la costa central. Sus siete ocupantes —un chofer, un funcionario de la Policía de Investigaciones y dos peritos bibliográficos acompañados por tres ayudantes— no tuvieron inconvenientes para ingresar a la propiedad de descanso de Augusto Pinochet Ugarte. Traían una orden del juez Carlos Cerda, instructor del caso por las millonarias cuentas del banco Riggs, para determinar el valor y origen de los volúmenes existentes en las bibliotecas que el general había ordenado construir en sus residencias. Si bien ya se habían identificado con la guardia de entrada, al llegar a la bifurcación de avenida Don Augusto con paseo Doña Lucía, donde está la casa de los escoltas, la comitiva tuvo que repetir el procedimiento anterior. Mostraron sus identificaciones y la orden del juez. Entonces, como todo seguía en regla, continuaron la marcha por avenida Don Augusto y llegaron hasta una de las alas de la casa principal: un amplio espacio de entrada independiente y vista al mar donde el general tenía su biblioteca.Al entrar, acompañados muy de cerca por cinco comandos vestidos con traje de campaña y armas de guerra a la vista, dos cosas llamaron la atención de los peritos. Una fue la gran cantidad de libros que había en ese amplio espacio, distribuidos en repisas, cajas de cartón y estantes corredizos o full space. Otra, el desorden reinante que presentaba ese despacho, además de una evidente falta de aseo, en el que miles de libros empolvados se hacían un lugar entre adornos, recuerdos, chocolates y objetos personales —como colonias, perfumes, desodorantes, toallas desechables, relojes, fotos, dagas, abrecartas y tarjetas de saludo, visita y Navidad, además de camisas, corbatas y calcetines nuevos, algunos aún con su papel de regalo a medio abrir— que su propietario dejó alguna vez ahí y muy probablemente después olvidó, sin que nadie se atreviera a sacarlos o cambiarlos de lugar, siquiera a pasarles un plumero.No hubo tiempo ni lugar para comentarios. Eran cerca de las diez de la mañana cuando los cinco peritos bibliográficos, encabezados por Berta Inés Concha Henríquez y Hernán Gonzalo Catalán Bertoni, dieron inicio a la primera de varias jornadas de trabajo que se extendieron a las residencias de Santiago y El Melocotón, una zona precordillera cercana a la capital, además de las bibliotecas de la Academia de Guerra del Ejército y de la Escuela Militar, a las que el general donó cuantiosas piezas poco antes de abandonar la comandancia en jefe del Ejército en 1998. Había mucho trabajo por delante.De acuerdo con el resultado de ese informe pericial, que quedó adjuntado entre las fojas 71894 y 71912 y que hasta ahora ha permanecido inédito, el equipo de expertos bibliográficos trabajó 194 horas en terreno y otras 200 dedicadas a pesquisas e investigaciones tendientes a determinar el valor monetario y patrimonial de los volúmenes y su mobiliario. El estudio persiguió cuantificar los montos que el general invirtió en este rubro, a partir de dineros que en su gran mayoría se suponen provenientes de fondos de gastos reservados asignados a la Presidencia de la República, a la Casa Militar y a la Comandancia en Jefe del Ejército.El informe establece que los libros adquiridos por el general Pinochet son cerca de 55 mil, cuyo valor global fue estimado en 2 560 000 dólares. A este monto se suman los valores del mobiliario, encuadernación y transporte de publicaciones editadas en el extranjero, todo lo cual fue tasado en 52 mil, 75 mil y 153 mil, respectivamente. El estudio trasciende las consideraciones económicas.Tras dar cuenta de la existencia de piezas únicas, primeras ediciones, antigüedades y rarezas, algunas que ni siquiera se encuentran en la Biblioteca Nacional, el informe concluye que “las bibliotecas objeto del peritaje contienen obras y colecciones de altísimo valor patrimonial”.Entre las muchas obras antiguas que atesoró Pinochet y que aún conserva su familia, aunque sujetas a embargo judicial, se cuenta una primera edición de la Histórica relación del Reino de Chile, fechada en 1646; dos ejemplares de La Araucana que datan de 1733 y 1776, respectivamente; un Compendio de la Historia geográfica, natural y civil del Reino de Chile y otro de Historia civil, impresos en 1788 y 1795; un Ensayo cronológico para la historia general de la Florida, de 1722; una Relación del último viaje al Estrecho de Magallanes de la fragata de S.M. Santa María de la Cabeza, de 1788, y un libro de viajes a los mares del sur y a las costas de Chile y Perú, publicado en 1788 .Además, el general se hizo de una parte de la biblioteca privada del ex presidente chileno José Manuel Balmaceda (1840-1891), incluida una edición a las honras fúnebres del mandatario, en cuyo interior se encuentra una tarjeta de la viuda de éste; una carta original del prócer independentista Bernardo O’Higgins (1778–1842), y una particular edición sobre el héroe popular Manuel Rodríguez (1785–1818) que lleva el timbre de la biblioteca del Instituto Nacional.“En términos generales, es una biblioteca cara por los volúmenes, muebles y encuadernaciones. Cara por las piezas únicas, por sus colecciones relevantes y, en algunos casos, por su valor documental”, sostiene Berta Concha, editora y librera, quien por primera vez se refiere al trabajo realizado por encargo del juez Cerda. “Encontramos por ejemplo una biografía de Francisco Franco que Manuel Fraga Iribarne dedicó a Pinochet. También un ejemplar dedicado al mismo por Manuel Contreras (ex director de la Dirección de Inteligencia Nacional, DINA, hoy detenido). Esos elementos le dan un innegable valor agregado”.
TENIDA SPORT
¿Sabía el general qué tenía exactamente y cuál era su valor monetario y patrimonial? ¿Contaba con asesoría profesional? ¿Consultaba o leía con cierta regularidad las piezas más preciadas de su biblioteca? El informe pericial no responde esas preguntas. Tampoco parecen saberlo con precisión los comerciantes de libros, colaboradores y familiares de Augusto Pinochet que prestaron testimonio para esta investigación.Al menos en público no se caracterizaba por demostrar una gran cultura, todo lo contrario. El general proyectaba ser un hombre básico, de conceptos elementales. Sus propios adeptos reconocen que era profundamente desconfiado, acostumbrado a compartimentar información y guardarse opiniones y sentimientos. Una cosa es segura. El hombre que llegó a ser dueño de una de las colecciones bibliográficas más valiosas del país, con una inversión total que se calcula en cuatro millones de dólares (si se le agrega el valor de la biblioteca napoleónica y sus bustos sobre el mismo personaje), tenía un aprecio particular por sus libros. Ese aprecio quedó de manifiesto la mañana del martes 17 de enero, a poco de iniciarse el primer peritaje en la casa de Los Boldos.Acompañado por un médico, un asistente y dos o tres guardaespaldas debidamente armados, Pinochet apareció caminando por sus propios medios, ayudado por un bastón. Según recuerdan los peritos, porque esa imagen resulta inolvidable, vestía polera verde de manga corta marca Lacoste, shorts blancos tipo bermudas, zapatos sport claros y calcetines al tono y subidos casi hasta las rodillas. Tras saludar de beso en la mejilla a uno de los asistentes de los peritos jefes, una muchacha joven que permanecía en la entrada, se instaló tras su escritorio principal para observar en silencio a los intrusos que revolvían su más personal y preciado tesoro.“Debió haber sido espantoso para él que fuéramos a hurgar en su reino. Pinochet era el rey de ese caos y nosotros habíamos llegado a invadírselo”, dice Berta Concha, quien sostuvo un curioso diálogo con el dueño de casa tras los saludos de rigor. Al notar que ella portaba como colgante una lupa de marco artesanal, adorno y a la vez instrumento de trabajo, el general quiso saber detalles.—Es una lupa mexicana —se explicó Berta.—¿Mexicana?—Mexicana. Yo viví en México desde 1973.—Yo tengo muchas lupas —dijo el general y procedió a buscar las lupas que había dejado en algún lugar de su biblioteca.Los peritos siguieron en lo suyo. El general siguió buscando sus lupas sin éxito. Los guardaespaldas lo seguían y el médico abordó a los peritos para pedirles que no prestaran atención a los chocolates que el dueño de casa escondía en medio de los libros.—Es diabético —confidenció en voz baja.Al rato Pinochet se olvidó de las lupas y procedió a retirarse acompañado de su médico, su asistente y escoltas. En la despedida creyó necesario recordar que a los presidentes de la República les suelen regalar muchas cosas, de preferencia libros, y que él lo había sido durante 17 años.Los peritos continuaron trabajando durante todo el día. Augusto José Ramón Pinochet Ugarte no volvería a aparecer esa jornada. Tampoco las siguientes, ni en su casa de Los Boldos ni en Santiago, menos en El Melocotón. De acuerdo con el libro testimonial Caso Riggs. La persecución final a Pinochet, firmado por su nieto Rodrigo García, “la impotencia de ver a pelafustanes entrar y salir de su escritorio, con sus libros entre sus manos, le hicieron caer en cama por algunos días”.
COMPULSIVO Y TACAÑO
Dos años y medio antes de ser objeto del primer peritaje bibliográfico, cuando las millonarias cuentas del banco Riggs aún permanecían secretas, Augusto Pinochet apareció sorpresivamente por una antigua galería comercial de calle San Diego, en el centro de Santiago. Sin previo aviso, acompañado de su escolta, llegó a visitar a su más fiel y entrañable librero. En ese entonces Juan Saadé tenía tantos años como Pinochet, que iba para los 90, y aún estaba al frente de la librería de viejos que había fundado en 1941 con el nombre de La Oportunidad. Decía conocer a su cliente predilecto desde que éste era subteniente y solía comprarle libros de historia y geografía de Chile con cheques a plazo. Una vez que quedó instalado en el gobierno, el general de Ejército comenzó a pagar con cheques al día a nombre de la Presidencia de la República.La afición por los libros fue creciente y antecede a la toma del poder mediante un golpe de Estado que derrocó al ex presidente socialista Salvador Allende.En su declaración jurada de bienes, realizada el 21 de septiembre de 1973, declaró poseer una biblioteca particular por un valor de 750 mil escudos, correspondientes a poco más de seis millones de pesos de la actualidad (12 mil dólares). De esa época se conservan antiguos ejemplares que llevan el timbre del teniente o ayudante mayor Augusto Pinochet Ugarte. También esas primeras ediciones rústicas de Geopolítica (1968) y Campaña de Tarapacá (1972), dos libros de su autoría que tuvieron una cierta repercusión en el mundo militar. Desde joven fue aficionado a los libros, en particular a los de historia, geografía y guerras. De eso no parece haber dudas. Pero lo que resulta irrebatible, porque las cifras son demoledoras, es que a contar del golpe de Estado, su biblioteca personal experimentó un sorprendente y sostenido incremento, producto no sólo de regalos propios del cargo.Luis Rivano es vecino de la librería de Juan Saadé y aún guarda cientos de fotocopias con portadas de libros usados que ofrecía con sostenida regularidad al general Pinochet. En su mayoría son textos de Ciencias Sociales, muchos de ellos de marxismo y política de las décadas de los sesenta y setenta que se salvaron de la hoguera en los días posteriores al golpe de Estado. Cuando el general se interesaba por algún título, cosa bastante frecuente, marcaba con un visto bueno la fotocopia de la portada para que Rivano se lo hiciera llegar a través de algún oficial encargado especialmente del tema. De esta forma llegaron a sus manos títulos como Si yo fuera presidente, de Tancredo Pinochet; El movimiento contra la tortura Sebastián Acevedo, de Hernán Vidal; El gran culpable, de José Suárez Núñez; El guerrillero, de Chelén Rojas; Teoría secreta de la democracia invisible, de José Rodríguez Elizondo; y El Mercurio y su lucha contra el marxismo, de René Silva Espejo.El procedimiento fue el mismo con otros libreros de viejos de las Torres de Tajamar, en la comuna de Providencia. Uno de ellos, que pide guardar reserva de su nombre, recuerda que el general era un comprador compulsivo y de gustos muy definidos. Pedía todo lo que hubiese de Napoleón Bonaparte. Absolutamente todo. Era su gran obsesión. Casi tanto como Ortega y Gasset.También los libros de línea, como enciclopedias, diccionarios y atlas. Los libreros de las Torres de Tajamar sabían qué ofrecerle y esperar de él: aunque era un cliente leal, que compraba de manera sistemática, a veces desenfrenada si estaban de por medio sus preferidos, solía adjudicarse rebajas unilaterales. “Era ratón para pagar”, refrenda Octavio, hijo de Luis Rivano, que trabaja en Providencia y tuvo la osadía de devolver a La Moneda un cheque por 80 mil pesos (160 dólares) que el general había cancelado a cambio de un ejemplar de La Independencia de Chile, editado por Santos Tornero. “Yo sabía que el libro era bueno y que a él le servía, entonces por una cuestión de prestigio de librero insistí en que me pagara lo que valía”.Al poco tiempo Octavio Rivano recibió un sobre con el mismo cheque por 80 mil pesos y un adicional en dinero en efectivo. No se habló más del asunto.
MI PRIMERA BIBLIOTECA
La última vez que el ex ministro Francisco Javier Cuadra se reunió con Pinochet fue hacia comienzos de 2006. Cuadra, que fue vocero del dictador, le contó que había conocido a la familia de Fernando Vega, un ex ministro de Fujimori que posee la colección más importante de textos antiguos sobre Chile. Pinochet le contó que hace no mucho había muerto Juan Saadé, su librero de toda la vida, y le pidió que le recomendara el suyo. Cuadra y Pinochet, a decir del primero, hablaban este tipo de cosas, incluso cuando ambos ocupaban oficinas en la sede de gobierno y las urgencias eran otras.El ex vocero sostiene que en esa época, mediados de los ochenta, el general permanecía atento al proceso político soviético por medio de libros de actualidad sobre el tema que leía en francés. “Estaba al tanto de las últimas publicaciones sobre marxismo, si salía un libro nuevo, él tenía que tenerlo”. Dice Cuadra que para estas y otras materias modernas, se abastecía por medio de editoriales y librerías que solían enviarle catálogos con novedades. Dice también que compraba bastante en librerías especializadas del extranjero. A este respecto, la investigación judicial por las cuentas del Riggs ha indagado en las compras de libros y otros objetos de uso personal que llevaron a cabo los agregados militares chilenos por encargo personal de Pinochet y a costa de fondos públicos. En la resolución que el juez Cerda dictó en octubre último, se lee: “Algunos de los pedidos eran ejecutados por los oficiales del Ejército de Chile que oficiaban como agregados en las misiones de Washington y Madrid o en las diversas agregadurías”.Como se va viendo, las fuentes de abastecimientos fueron múltiples.Hubo muchos regalos, por cierto. Algunos de importancia patrimonial, como el Compendio de historia civil del Abate Molina que el almirante Merino, ex integrante de la Junta de Gobierno pinochetista, compró a Luis Rivano con motivo de un cumpleaños del general. Ese ejemplar de 1795 permanece en la casa de La Dehesa, en el barrio alto capitalino, sujeto a embargo judicial, y fue tasado en 1 500 dólares. En una categoría similar está el Epistolario del ex ministro Diego Portales (1793–1837) obsequiado por el ex ministro Cuadra. Hubo ese tipo de gestos y también compras directas y de montos considerables que el general realizó a costa de dineros públicos.Un gerente editorial de la época, que aún sigue ligado al negocio y pide reserva de su nombre, fue citado hasta los mismos salones de La Moneda, la casa de gobierno en Chile, para que expusiera colecciones y textos de línea, en especial sobre historia. Como era un proveedor nuevo, hubo que dejarle en claro que al general no le interesaba en lo más mínimo la ficción. Para qué decir la poesía. El único texto propiamente literario que conservó en la biblioteca de Los Boldos se titula El rigor de la corneta y es un clásico de la literatura militar chilena.Cuando el librero llegó a la casa de gobierno, fue instruido para que dispusiera los textos en una sala contigua al despacho presidencial y se mantuviera en silencio en una esquina, dispuesto a responder las preguntas que pudiera formularle el general. Así lo hizo, pero cuando éste apareció, acompañado de un pequeño séquito, no le dirigió la palabra, siquiera una mirada. Revisó los textos —entre los que se contaban un libro de música con tapa de madera, varias enciclopedias y una historia taurina y otra de castillos españoles— y se limitó a hojearlos y a dictarle a un asistente sus preferencias. La ceremonia duró unos pocos minutos. El librero se retiró en silencio con sus cosas y al día siguiente, siguiendo instrucciones, regresó a La Moneda para dejar la factura y cobrar un cheque girado a nombre de la Presidencia de la República.Mediante este conjunto de prácticas, Pinochet llegó a acumular una cantidad impresionante de libros de todo tipo. Incluido el manuscrito original del diario militar del héroe independentista José Miguel Carrera que hace un par de años fue devuelto al Museo Militar. Pero todo eso, a entender de la perito Berta Concha, no hace necesariamente una buena biblioteca.“Aunque tiene muy buenas cosas, y se nota que tuvo una asesoría detrás, es una biblioteca muy poco organizada, sin un gran orden, con un afán de atesorar por atesorar. Hay una cantidad de obras de referencia, enciclopedias casi escolares, que develan un escaso conocimiento y una escenografía del poder. Después de leer al personaje a través de su biblioteca, mi conclusión es que este señor miraba con mucha fascinación, temor y avidez el conocimiento ajeno a través de los libros. Quien mandó a quemar libros forma la biblioteca más completa del país. Eso es interesante. De alguna forma conoce la dinámica y el poder de los libros”.De cualquier modo, el de Pinochet fue un proyecto en grande, megalómano, al borde del delirio, que no se fijó límites en gastos y procedimientos. De acuerdo con el informe pericial ordenado por el juez Cerda, “no menos de cinco por ciento (2 750 ejemplares) han sido especialmente encuadernados en piel”, lo que supone una inversión de 41 250 000 pesos (82 500 dólares). Lo que no precisa ese informe es que el trabajo realizado a piezas de todo tipo, desde valiosas colecciones completas del historiador Benjamín Vicuña Mackenna a vulgares ediciones rústicas o simples revistas, fueron realizadas por Abraham Contreras, el más prestigioso encuadernador que ha tenido el país.Como los grandes coleccionistas, el general también tuvo la ocurrencia de marcar varios de sus ejemplares con un ex libris o sello de propiedad que mandó a fabricar a la Casa de Moneda de Chile. El sello tiene el diseño de una mujer alada que levanta una llama de la libertad al tiempo que sostiene un escudo con las iniciales de Augusto Pinochet Ugarte. La idea surgió casi a la par con el proyecto de ampliación de la biblioteca de El Melocotón, en la localidad precordillerana del Cajón del Maipo. Las obras fueron realizadas a mediados de los ochenta y movilizaron recursos y personal de CEMA Chile, institución estatal de beneficencia que dirigía la esposa del general, Lucía Hiriart. La modesta casa de piedra, que originalmente estaba destinada a los escoltas, quedó convertida en un lujoso espacio de 80 metros cuadrados al que muy pocos tuvieron acceso.Rodrigo García Pinochet fue uno de ellos.El nieto del general recuerda que la biblioteca de El Melocotón era “como un lugar sagrado, un verdadero santo santorum” al que se introducía un poco a escondidas de su abuelo cuando lo acompañaba los fines de semana. “Era muy receloso de sus libros, siempre los ordenaba personalmente y llevaba una férrea contabilidad de los mismos”, testifica el nieto al teléfono desde Estados Unidos, donde actualmente cursa estudios de posgrado.Tan cómodo y a sus anchas se sentía el general en su biblioteca de El Melocotón que, según su nieto, pensaba pasar ahí sus últimos días.Todo cambió a partir de esa tarde de domingo 7 de septiembre de 1986, cuando regresaba a Santiago en compañía de su nieto. Tras salvar milagrosamente de una emboscada de aniquilamiento, en un hecho que dejó cinco escoltas muertos, nueve heridos y un libro llamado Operación Siglo XX que llegó a la biblioteca del general, la casa de El Melocotón comenzó a ser objeto de un progresivo abandono.
LA DISPERSIÓN
En septiembre de 1989, ya resignado a dejar el gobierno y atrincherarse en la comandancia en jefe, Augusto Pinochet Ugarte inauguró la biblioteca de la Academia de Guerra del Ejército que lleva su nombre y reúne cerca de 60 mil títulos, la mitad de los cuales fueron donados por él.Ahí están varios de los textos de Ciencias Sociales que durante años le vendieron Juan Saadé y Luis Rivano. También varias de las enciclopedias y libros de línea y divulgación que el general adquirió de manera frenética. Hay piezas valiosísimas en términos patrimoniales, algunas como el Ensayo cronológico para la historia general de La Florida (1722), de Gabriel Cárdenas, tasada en más de tres mil dólares y que ni siquiera se encuentra en la Biblioteca Nacional. Hay cosas extrañas, como una horripilante versión de Martín Fierro forrada en cuero de vaca y dedicada por uno de los hijos del locutor radial Raúl Matas al “estimado Presidente”. Hay cosas dignas de atención, como una reproducción del despacho que el general ocupó en La Moneda. Cosas históricas, como una firma que Manuel Contreras estampó en el libro de visitas ilustres. Y hay también una de las más completas colecciones de libros que analizan, para bien y para mal, el régimen militar.El fondo bibliográfico aportado por Pinochet a la mayor biblioteca del Ejército se calcula en cerca de 29 729 títulos, poco más de la mitad de lo que aún se mantiene en poder de la familia entre las residencias de Los Boldos y La Dehesa. En El Melocotón no quedan más que 200 libros sin mayor valor.Una importante colección relativa a Napoleón Bonaparte, además de once esculturas en miniatura del mismo personaje, permanecen en la bóveda del museo de la Escuela Militar, a la espera de que el juez Cerda levante su embargo o determine otra cosa. Los libros suman 887 volúmenes y fueron donados en septiembre de 1992 por el mismo Pinochet. Hay además 633 títulos de diferentes temáticas que fueron a parar a la Fundación Pinochet y 32 que se encuentran en la Biblioteca Central de la Universidad Bernardo O’Higgins, ligada a la oficialidad que participó de la dictadura militar. En el penúltimo caso, que no ha sido objeto de la investigación del juez Cerda, varios de los libros que pertenecieron al general son relativamente recientes, en apariencia sencillos, sin mayor valor agregado. No hay grandes colecciones, rarezas ni antigüedades. Sin embargo, por razones diversas, tuvieron una significación especial para el hombre que los donó en 2000, al poco de retornar de su detención de dos años en Londres.Entre esos 633 libros que permanecen en la Fundación Pinochet, hay una autobiografía de Erich Bauer, almirante de la marina del Tercer Reich, que aparece subrayada en la definición que entrega el autor sobre el vicealmirante Von Ingenohl. Esa definición retrata con formidable lucidez al propio general Pinochet: “Resultaba difícil adivinar su pensamiento íntimo, pues no descubría jamás sus planes a los ojos de los demás de manera abierta”.Hay también marcas de lector en El libro negro del comunismo. Crímenes, terror y represión (1998), donde se subraya que las víctimas de los regímenes de la órbita soviética “ya se acercan a la cifra de cien millones de muertos”, y una dedicatoria que el autor de Estrategia y poder militar, Fernando Milia, capitán de la Marina argentina, escribe en noviembre de 1976 “al señor general Augusto Pinochet, reconocido geopolítico ayer y pilar antimarxista hoy, con todo mi respeto intelectual”.



Ayudante de investigación: Aurora Radich.

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